THOR: El príncipe berrinchudo o “his Majesty The Baby” (1 de 4)

Foto 10-11-18 20 28 42La expresión “his majesty the baby” (su majestad el bebé) se utiliza en psicoanálisis para describir lo que Freud denominó la fantasía narcisista de haber sido “todo” para los padres. En el texto Introducción del Narcisismo de 1914, el padre del psicoanálisis traza la trayectoria del sentimiento de si del sujeto encontrando su origen en esta fantasía. El supuesto de haber sido amado e idolatrado (como majestad) por los padres es el anclaje fundamental del amor a si mismo. Pero también es fundamental perder ese ideal, matar al bebé idealizado de esa fantasía, para avanzar del aislamiento del narcisismo hacia la posibilidad de establecer vínculos con otros (lo que Freud denomina relación objetal). Tal es la trayectoria de Thor en el Universo cinematográfico Marvel cuya historia inicia con la película de su mismo nombre en 2011.

A diferencia del personaje del cómic, Thor del MCU no tiene alter ego. Es un dios nórdico de inicio a fin. El personaje original era un médico lisiado de nombre Donald Blake que encuentra un bastón que al empuñarlo se convierte en el martillo de Thor y lo transforma en el mítico Dios nórdico del trueno. En la versión cinematográfica, Thor no es nunca humano, no tiene alter ego ni vida secreta enamorado de la enfermera Jane Foster. Me enfocaré aquí a este personaje dejando para otro momento el análisis de Donald Blake.

La película inicia con la caída de Thor a la tierra. Al igual que Lucifer en la mitología judeo-cristiano-musulmana, Thor es exiliado por su soberbia y al igual que la “estrella de la mañana”, cae del cielo despojado de sus atributos de deidad. Inmediatamente después, el film nos regresa al año 965 A.D. en Noruega para presenciar la batalla mítica entre Asgard y Jotunheim donde Odín sale vencedor. Al igual que en la antigua Grecia, la justicia (diké) enfrenta al caos (hybris) y sale vencedora. A continuación se muestra la grandeza de Asgard, Odin y sus hijos en la cámara de los tesoros advirtiendo que en un futuro uno de los dos será rey. Siguiente imagen: la coronación de Thor.

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En el momento de su máximo reconocimiento, la ceremonia de coronación, la cámara de los tesoros es atacada por Gigantes del Hielo. Posteriormente sabremos que todo es un plan maquiavélico de Loki quien desde su envidia tiene que destruir el momento de gloria de su hermano. Y lo logra ya que el incidente provoca que Thor evidencie su arrogancia e instigado por el mismo Loki desafíe a su padre y busque la venganza sin pensar más allá de las consecuencias de su berrinche infantil. Tal afrenta le costara la confrontación con Odin de la cual deriva su destierro:

Odin: “Tu vanidad y tu orgullo hablan por ti, no tu liderazgo….. Eres un niño vanidoso, cruel y avaricioso”

Thor: “Tu eres un viejo y un tonto”

Odin: “si, fui un tonto por creer que estabas listo. Thor, Odinson: has traicionado una orden explicita de tu rey. ¡Con tu arrogancia y estupidez has puesto a estos reinos pacíficos al borde de los horrores y la desolación de la guerra. No eres digno de estos reinos. No eres digno de tu título. No eres digno de los seres amados que has traicionado…. ¡¡Ahora te quito tu poder. En el nombre de mi padre y su padre en mi nombre como Padre de Todo, te exilio!!”

Thor ha vivido hasta ese momento una vida de virtud en el cobijo de su familia, rodeado de sus amigos, librando batallas en las cuales solo ha conocido el triunfo y el reconocimiento de sus atributos como guerrero. Su poder esta en su juventud y su cuerpo. Como todo adolescente consentido “hijo de familia” que cree merecerlo todo. Su majestad “el bebé” supone la pleitecía de todos. Supone que el mundo debe obedecer su voluntad. Su berrinche y su cerrazón lo lleva a confrontar la ley con la correspondiente consecuencia.

Al caer en la tierra, en su primer encuentro con los humanos Thor parece un psicótico delirante. Su lenguaje, su violencia, su desconocimiento de la realidad lo hacen el claro ejemplo del brote psicótico. Como Selvig lo hace notar, habla de historias infantiles, puentes arco iris, artefactos mágicos de la mitología. Delirios de omnipotencia, paranoia y un claro examen erróneo de la realidad. El psicótico es en nuestros tiempos el claro ejemplo del sujeto alienado. Y Thor se encarna en eso: ni dios, ni extraterrestre, solo psicótico. Hasta el momento que enfrenta la realidad frente al Mjolnir, mismo que no puede levantar ya que no ha sido digno de él.

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Ante la realidad, su majestad el Bebe berrea. Freud menciona en su texto Proyecto de psicología que la primera reacción ante el dolor de la realidad vivida como displacer es el berreo como mera descarga. En tal situación, el sujeto (bebe o psicótico) queda en estupor ante una realidad que lo sobrepasa. El psiquismo recurre a la alucinación en un intento de recuperar el control.

En psicoanálisis Klein ofrece la maravillosa concepción de la posición esquizo paranoide y su consecuente posición depresiva. La primera consiste en la necesidad de separar las vivencias de placer de las vivencias de dolor para lo cual se escinde a si mismo y los objetos del mundo en buenos (placenteros, vitales) y malos (displacenteros, mortiferos). Esta polarización conlleva a idealización de los objetos buenos y la negación de los malos. Estos son proyectados en ausencia de los objetos buenos, donde se fantasean como perseguidores generando la paranoia y su consecuente violencia hacia el objeto persecutorio en aras de su destrucción para preservar a los objetos buenos. La posición depresiva consiste en la integración de estos objetos a partir de un juicio de realidad donde se reconoce que el si mismo es amoroso y odiador y que el objeto amado es también fuente de dolor. Se le llama depresiva ya que al integrar estas vivencias se pierden las imágenes idealizadas tanto del objeto como de si mismo.

En el universo cinematográfico, la aparición de Loki hace las veces de objeto persecutorio y objeto redentor. Thor atrapado por S.H.I.E.L.D. ve a su hermano quien le informa que su padre ha muerto y su madre lo desprecia, que la condición para mantener la paz en Asgard es su exilio permanente. Thor reconoce su culpa, asume el castigo y agradece a su hermano la cortesía de informarle. Lo ha perdido todo. Se encuentra abandonado en un mundo que no es el suyo. Nuevamente como el bebé.

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Sin otro que acompañe y signifique el berreo, la soledad, el desvalimiento y el abandono, el bebe esta perdido. Y así esta Thor hasta que Jane envía a Selvig a recuperarlo. En la conversación en el bar Erik le dice que justo cuando uno reconoce que no tiene todas las respuestas uno empieza a hacerse las preguntas correctas ante la cual Thor reconoce que por primera vez no sabe que debe hacer. Apertura del sujeto, posibilidad de ver más allá de si mismo. Culpa y reparación aparecen como condición necesaria para asumir la realidad.

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Así, cuando la verdad de revela y sus amigos de Asgard lo visitan en la tierra para advertir de los planes de Loki, Thor comprende que todo lo que ha ocurrido ha sido producto de los engaños de Loki. Habiendo experimentado la culpa ante el parricidio, al  creerse responsable de la muerte de su padre, sabiéndose impotente, un simple humano, se ofrece a Loki en sacrificio:

Lo que sea que haya hecho para herirte, para provocar que hicieras todo esto, realmente lo siento, quitarle la vida a estos inocentes no resolverá nada, toma la mía y concluye con esto.

Loki claramente le toma la palabra y lo mata. La primera muerte de Thor representa el asesinato de su majestad el bebe. El psicoanalista Serge Leclaire comenta que es necesario matar a ese niño idealizado representante del yo ideal para  dar paso a la construcción del yo. Freud habría planteado que al desistir del yo ideal se construye el ideal del yo como promesa en el devenir, preparando el camino para la construcción del Yo.

Ante su sacrificio, Thor se hace digno del poder que le había sido retirado. Recupera el Mjolnir, salva a su padre y combate a su hermano, restableciendo el orden. Dike reina nuevamente frente a Hybris. El diálogo final entre padre e hijo contrasta significativamente con la discusión que llevó al inicio de la aventura:

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Odin: “Serás un rey sabio”

Thor: “Jamás habrá un rey mas sabio ni un mejor padre. Tengo mucho que aprender de ti. Un día tal vez te enorgullezcas de mi.”

Odin: “Ya lo estoy”

 

 

 

 

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