Batman: El caballero de la noche de Frank Miller

Será hasta la era Oscura que Frank Miller recupere la oscuridad original de personaje. En esta evolución, el asesinato de los Wayne forma parte de una conspiración para mantener los cotos de poder de la ciudad que los millonarios trataban de detener agregando dos componentes oscuros a la historia de origen: el miedo y la venganza. Este es el Batman oscuro de las películas de Tim Burton o Christopher Nolan o la serie televisiva de Warner, Gotham. Un hombre alienado, solitario que no encaja en una sociedad a cual desprecia. Estos rasgos en la era de Oro hubieran hecho de Batman un villano, sin embargo Miller lo presenta como antihéroe. El afecto principal del huérfano Bruce Wayne ya no es la culpa sino el miedo. Un miedo que tal y como Yoda predijo, lo llevará al lado oscuro. Miedo, sufrimiento, ira y odio. Estos serán los componentes oscuros que Bruce sublimará en la determinación que lo lleva a crear a Batman: Uso una máscara no para ocultar quien soy, la máscara crea lo que soy. (Langley, Batman and psychology. A Dark and Stormy Knight, 2012)

Retomando la noción del trauma infantil, es el miedo la emoción más primitiva que remite al abismo originario. La angustia de aniquilación como Winnicott la llamó regresiona al pequeño Bruce a las vivencias del desamparo original que fundaron su moral. Bruce es un niño cuyo desarrollo psicosexual lo ubica en etapa de latencia que Freud postuló. Su psiquismo se encuentra constituido y su complejo de Edipo sepultado. El efecto traumático de sobrevivir el asesinato de los padres en este período habrá provocado una desregulación afectiva producto de la regresión. La vivencia de orfandad arroja al niño a un abismo que había sido salvado gracias a los prójimos amorosos que parecen hacer sido los padres.

La vivencia en el Callejón del Crimen apuntará a las precarias vivencias de dolor que fueron sepultadas en los primeros meses de vida. El miedo paraliza a Bruce. En todas las versiones que conocemos de la escena, el niño no intenta atacar al agresor ni intenta huir, se paraliza y pasivamente se deja caer junto a los cadáveres de sus padres si emitir siquiera un grito, el berreo y el monstruo están anulados, en pausa.

Alfred Pennyworth, el mayordomo, y James Gordon, el detective, aparecerán ante la noticia y proveerán al pequeño Bruce esas representaciones de prójimo que ha perdido en el asesinato de sus padres. Interesantemente, Alfred y Gordon aparecen sin que el niño haya emitido el signo de necesidad, el berreo que aparece como llamado al individuo del cual requiero asistencia. La disociación traumática parece haber surtido efecto. Transcurre el funeral y otros acontecimientos y el niño manifiesta un aplanamiento afectivo que llamaría la atención de cualquier clínico. En las publicaciones gráficas y las películas, la infancia y adolescencia de Bruce son omitidas. Sabemos que juró venganza y que se ha preparado toda la vida para convertirse en Batman.

Hace años cree una poderosa mentira:
una creatura casi demoniaca de violencia y venganza…
pero la mentira nació para servir a un bien mayor.

(Langley, Batman and psychology. A Dark and Stormy Knight, 2012)

La serie televisiva Gotham nos da un referente interesante de esa infancia que no habíamos visto antes (Heller, 2014-2019). El joven Bruce demuestra sus características iracundas. Su berreo atrae la atención de Alfred, Gordon y Lucius Fox. Tres hombres que haran la función de esa madre suficientemente buena que el pequeño perdió en el asesinato de sus padres. Dado que el psiquismo de Bruce ya estaba consolidado en el momento del asesinato, parece que el trauma queda enlazado al conflicto edípico. La versión idealizada del niño ante el padre muerto lo coloca en el altar de los objetos buenos inmaculados. En todas las demás versiones de Bruce, pareciera que las imágenes del padre malo son proyectadas en los villanos contra los cuales lucha sistemáticamente. En este sentido, Bruce no dista mucho del legendario Edipo: busca vengar la muerte del padre pero él mismo fue quien la causo. en múltiples escenas se manifiesta que el motivo por el cual caminan solos por el Callejón del Crimen es debido a que Bruce tiene miedo en la ópera (versión de Nolan en Batman Begins). En otros referentes, Batman se culpa de no haber hecho nada ante la muerte de los padres, donde la culpa es el mecanismo de defensa que los neuróticos articulan ante la impotencia de la fatalidad.

Por lo tanto su motivación es la culpa (consciente o inconsciente) que como planteara Freud, es el primer lazo social que nos permite como humanos sostener una moral. De ahí que su código ético no le permita asesinar.


Batman: El detective de Bob Kane

Como todos sabemos, los padres del pequeño Bruce Wayne son víctimas de la violencia y el crimen, provocando el surgimiento del Caballero de la Noche. En las diferentes versiones del acontecimiento, Thomas y Martha Wayne son aparentemente asesinados fortuitamente, pero al paso del tiempo Bruce describe que su muerte fue parte de un plan macabro de quienes ostentan el poder en la ciudad y para quienes los Wayne representaban un obstáculo. La orfandad con la que Bruce se confronta le es por completo desconocida.

Criado con los privilegios de la clase favorecida, el joven Wayne vivencia por primera vez la carencia en ese callejón oscuro frente al cadáver de sus padres. A diferencia de los villanos que enfrentará a lo largo de casi un siglo de historietas, programas de televisión y películas, Bruce tuvo un desarrollo sólido en sus primeros años y una serie de prójimos que lo asistirán en su asenso como antihéroe y vigilante de Gótica. Los menos afortunados devienen villanos, arrebatados también de la posibilidad del reconocimiento heroico.

La noción del trauma infantil es el núcleo de la construcción del personaje de Batman. A decir de Bob Kane, creador del personaje, “no se nos ocurre nada mas traumático que ver morir a tus padres frente a tus ojos“. La primera aparición de la historia de origen de Batman data de 1939 en el número 33 de Detective Comics: “La leyenda de Batman – quien es y como devino quien es” en la cual bastaba con mostrar el asesinato fortuito de los padres para justificar la necesidad de reivindicar la muerte de los padres como motivación para volverse el vigilante de Ciudad Gótica. En esta versión es la ira el afecto desplazado en la construcción de Batman: la reivindicación a diferencia de la venganza pretende dar sentido a un acontecimiento que deja al sujeto en la impotencia absoluta. Al atribuir un juicio a tal evento, la necesidad de justicia deviene en el deseo de venganza.

El primer Batman busca la venganza como retribución del daño sufrido, y construye su identidad para atemorizar a los delincuentes. Su construcción proviene de la oscuridad más profunda del humano: el miedo y la ira que buscan la retribución como si al destruir aquello que provocó el dolor realmente se reparara el daño. Esta configuración corresponde al odio primitivo y hace de Bruce Wayne un personaje casi sociopático cuyas características no distan mucho de los villanos. Lo que hace de Batman un héroe es un código moral que le impide matar y en ese sentido se auto-prohibe la consolidación de su venganza.

En los años sesentas, esta versión tendrá que matizarse poniendo el énfasis en la protección de otros como no pudo hacerlo con sus padres y no solo en la venganza personal. Este es el comportamiento heroico que deviene de lo que se ha denominado culpa del sobreviviente. Dicha configuración se sostiene en la noción clásica de la tendencia al bien y la represión de los afectos oscuros. La transformación en lo contrario permite que la ira y el odio se manifiesten como deseo de cuidado de los más necesitados, con la consecuente retribución narcisista de la admiración y el reconocimiento del otro. Esta es la versión censurada de Batman, que se mantendrá en la era de Plata en la que Superman y sus demás superamigos busca el bien mayor siendo parte de la liga de la justicia.