El concepto “mujer falica” se ha trastocado en muchos contextos. Freudianamente se trata de una representación en la fantasía infantil de la madre omnipotente y completa. En tanto “toda poderosa”, la madre falica no necesita, no demanda nada del hijo ya que lo posee. Para ella el hijo es una cosa sometida a su soberanía. En la realidad, esa mujer/madre falica es otro sujeto a quien el varón/niño atribuye un poder sobre si que lo angustia pero también organiza.
Para Tony, (ejemplo del niño narciso), Pepper es esa persona que le permite desarrollar su complejo de prójimo (concepto freudiano que implica la necesidad de un individuo experimentado que provea al sujeto en su estado de desvalimiento absoluto en el cual vive sus primeros años) y atribuirle la fantasía de madre falica.
Desde la primera película vemos a Pepper como la asistente perfecta. Madre, secretaria, enfermera que le habilita el mundo al aislado Tony. “No tengo a nadie mas que a ti” le dice Tony cuando le solicita lo auxilie a colocar el nuevo reactor en su pecho. Posteriormente, cuando Tony le propone despedirla para evitarle el conflicto de bailar con su jefe, Pepper le dice: “No creo que puedas atar tus agujetas sin mi”. Ella se sabe necesaria para él y lo ama desde esa dependencia.
Pepper definitivamente contiene a Tony, le da realidad, lo humaniza. En Avengers Era de Ultron, vemos a Tony devastado por el abandono de Pepper y entre otras cosas, da vida a un “robot homicida”. Posteriormente reanudan la relación y en Spiderman Homecoming los vemos comprometerse “para salir del paso”. Hay un juego interesante en el personaje de Tony entre la paternidad (que pretende ejercer con Ultron, Visión y Spiderman) y la ausencia de Pepper.
En las ultimas películas vemos a Tony comprometido con Pepper o por lo menos intentando madurar y ser un hombre para una mujer. Incluso se observan en el deseo de ser padre (lo cual abordaré en otro post) en su relación con Spiderman y en Infinity War le cuenta a ella que la soñó embarazada. Sin embargo, Tony se va nuevamente a combatir a Thanos, queda varado en un planeta lejano y Pepper, si bien no la vemos mas, queda nuevamente esperando a Tony. Penélope posmoderna, esperando que el varón regrese de sus aventuras y decida “sentar cabeza”.
El patriarcado ha planteado los parámetros de feminidad y masculinidad (como de muchas otras cosas) durante muchos siglos. Algunos autores postulan una caída del patriarcado. El psicoanalista francés Michel Tort, plantea entre otras cosas que parte del Fin del dogma patriarcal inicia con el culto al hijo en vez del padre en el Catolicismo. Sin entrar demasiado en detalles, la adoración al hijo sitúa a la mujer como madre, peor aún: madre virgen, al servicio del hijo y sin otro deseo sexual que el bienestar del hijo.
Para el imaginario tanto masculino como femenino, Pepper es la mujer perfecta. Sin habilidades especiales como Scarlet Witch o Captain Marvel, sin entrenamiento especial como Black Widow, Pepper es perfecta en su propio narcisismo. Una extraña mezcla entre damisela en desgracia (que apuntala el narcisismo heróico del varón) y madre sobreprotectora (que estructura e infantiliza al niño narciso).
La interesante “vuelta de tuerca” al estereotipo de la mujer ideal del patriarcado en el personaje de Pepper Pots es la “ganancia secundaria” de su autonomía como mujer de negocios al ser asignada por Tony como CEO de Stark Industries. Tony lo hace para desentenderse de la responsabilidad y re-colocarla como “adulto responsable” mientras el “juega a ser héroe”. Sin embargo, Pepper encuentra un desarrollo personal y propio en dirigir la empresa del padre de Tony.