Lex Luthor: la envidia a Dios en el devenir del mal.

La primera aparición de Alexander Joseph Luthor data de 1940. Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, al igual que Superman, para ser su archienemigo. Si el kriptoniano fue la fuente de inspiración para los primeros superhéroes, Luthor es el arquetipo del humano poderoso cuya voluntad de poder lo lleva al desarrollo científico y tecnológico transformando su realidad y su persona pretendiendo ser todopoderoso, como Dios. El personaje original era un científico loco obsesionado con competir contra el Kriptoniano y derrotarlo. Posteriormente el personaje ha evolucionado con las contribuciones de los múltiples escritores y dibujantes que le han dado vida.

Alexander es el primogénito de una de las familias fundadoras Metrópolis. Por siglos, los Luthor desarrollaron grandes corporaciones que mantenían la economía de su ciudad. La riqueza y opulencia combinadas con una inteligencia superior hicieron de Lex un hombre soberbio y arrogante. Los padres preocupados ante las actitudes del chico lo envían al campo a vivir con una tía para que aprenda la vida humilde. Toda la construcción del personaje obedece a los referentes judeo-cristianos del pecado y la maldad: el exceso de poder, la inteligencia superior, la falta de humildad. El narcisismo de Luthor es su marca personal. El exilio al campo para aprender la humildad recuerda la expulsión de Lucifer, el ángel favorito de Dios del Paraíso. Y al igual que con el personaje bíblico, lejos de recibir la lección, Lex comienza a gestar un resentimiento hacia sus padres por su rechazo e incomprensión. Alienado, solo e incomprendido, el joven se refugia en la ciencia y la tecnología. Cuando Superman se revela, Lex se siente confrontado ante un ser superior a él, un extraterrestre que desafía su sentimiento de omnipotencia narcisista y por lo tanto amenaza su propia identidad.

En la versión de los años 60s Lex y Clark son amigos en Smallville. Lex admira a Superboy hasta que tras un accidente que él mismo provoca, el kriptoniano destruye su laboratorio tratando de salvarlo. Ante este evento Luthor acusa a Superboy de destruir sus proyectos científicos por rivalidad, siendo el inicio de su enemistad. Esta historia de origen es la clásica construcción esquizoparanoide de la atribución del mal-estar al Otro, en este caso a Superman, justificando las acciones para destruirlo.

El narcisismo de Lex se ve amenazado por la presencia de Superman. En vez de admirar al superhéroe y volverlo una figura de identificación como el resto de la humanidad, Luthor lo envidia y busca destruirlo. Su obsesión con el criptoniano es el núcleo de su Maldad. A partir de su rivalidad con el héroe, todo lo que tenga que hacer para vencerlo serán medios justificados para un fin. Luthor recurre a las justificaciones de una supuesta moral superior para sostener su narcisismo herido por el superhéroe.

En la mayoría de las versiones del personaje, Lex es un psicópata de libro: sin empatía, utilitario, maquiavélico y con sed de poder. Y en todos los casos, su motivación es siempre la misma: vencer a Superman. En el camino, desarrolla habilidades criminales de cuello blanco cuya finalidad última es combatir al ídolo de la ciudad.

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