Un caso más dramático de la dificultad social que enfrenta el adolescente con sus cambios corporales y psíquicos es la serie de Mutantes. La premisa de la historia es que existen entre los humanos seres cuyo ADN ha mutado. Estos cambios genéticos se expresan en habilidades diferentes que se utilizan como superpoderes. Dentro de la serie hay dos grupos: los X-Men, cuyo líder Charles Xavier considera que los mutantes deben esconder sus poderes e integrarse a la sociedad humana; y La Hermandad de Mutantes Malvados, comandada por Erik Leschner quien piensa que los mutantes son superiores a los humanos y deben tomar su lugar como seres superiores. Ambas agrupaciones reclutan adolescentes cuya mutación apenas se hace notar.
En el mundo ficticio de Marvel, Charles Xavier tiene una escuela para chicos superdotados donde recluta a mutantes y les enseña a manejar sus poderes y a llevar una vida normal. Los que además muestran aptitudes heroicas forman parte de la agrupación de vigilantes llamada X-Men. Los mutantes son claras figuras de identificación de lo que ocurre psíquicamente en la adolescencia. Los chicos deben enfrentarse a sus cambios corporales y sus nuevas cualidades que pueden apreciarse como poderes o maldiciones.
La inadecuación social y la necesidad de ocultarse del mundo son características frecuentes en la pubertad. Ante los cambios corporales, los chicos suelen sentirse avergonzados ya que su imagen corporal se ve distorsionada. Regularmente estos cambios se viven como peligrosos ya que atentan contra la cohesión yóica y la identidad corporal. Esto suele verse reforzado por el medio externo cuando otros chicos o adultos emiten críticas, burlas o comentarios agresivos hacia los cambios corporales que la pubertad provoca alimentando las fantasías alrededor de la peligrosidad de la floreciente sexualidad. Cuando además se tienen preferencias sexuales diversas, el asunto de la aceptación es aún más complejo. Esta diversidad sexual es frontalmente abordada en la serie de X-Men, tanto en los comics como en series televisivas y películas.
Los poderes de los mutantes son siempre peligrosos. Al aparecer de manera inesperada ante situaciones de estrés emocional, generan miedo tanto en los chicos como en sus seres queridos (familiares y amigos). Algunos poderes son más sutiles que otros, por ejemplo Scott Summers -con su visión de rayos, incapaz de mirar sin destruir lo que ve- o Anna Marie D’Ancanto – quien absorbe la energía vital de todo ser vivo que toque- son chicos blancos, de buenas familias, heterosexuales para quienes esconder sus poderes y hacerse pasar por jóvenes normales es relativamente sencillo una vez que aprenden a controlarlos.
Otros como Ororo Munroe -cuyo estado emocional altera el clima o el mismo Erick Leshner – quien controla el metal- pertenecen a grupos raciales vulnerables, Ororo es originaria de África, Erik es de raza judía ambos provenientes de estratos sociales y económicos bajos. Para ellos la mutación representa la posibilidad de vengar un resentimiento social por haber sido víctimas de un sistema que favorece al hombre-blanco-occidental-heterosexual.
Kurt Wagner -quien puede teletransportarse- o Hank McCoy – poseedor de la fuerza y la habilidad motriz de una bestia- presentan variaciones morfológicas que hacen imposible su camuflaje. Todos ellos representan la diversidad de identidades que los adolescentes contemporáneos enfrentan, los retos de inclusión y discriminación, la posibilidad de pertenecer y ser aceptado por “otros como yo”.